Las actividades cerebrales que se relacionan con las dificultades de aprendizaje se pueden clasificar de acuerdo a las áreas de función cerebral: motora, mental, sensorial y convulsiva. Al existir un desempeño neurológico bajo lo normal que pudiera causar deterioro dentro de alguna de las áreas del funcionamiento cerebral, se producen manifestaciones de dos tipos: abiertas o grandes y limítrofes o mínimas.
Si el niño manifiesta signos abiertos, es prueba sólida de disfunción cerebral; la presencia de signos limítrofes no se considera suficiente para ese diagnóstico. Si el alumno con parálisis cerebral muestra tendencia a los ataques epilépticos, es casi seguro que sufra alguna disfunción cerebral, lo que no sería tan factible si no hubiese tenido dicho padecimiento y sus manifestaciones se concretaran a movimientos torpes, poco lapso de atención, perseverancia y berrinches.
Si el niño manifiesta signos abiertos, es prueba sólida de disfunción cerebral; la presencia de signos limítrofes no se considera suficiente para ese diagnóstico. Si el alumno con parálisis cerebral muestra tendencia a los ataques epilépticos, es casi seguro que sufra alguna disfunción cerebral, lo que no sería tan factible si no hubiese tenido dicho padecimiento y sus manifestaciones se concretaran a movimientos torpes, poco lapso de atención, perseverancia y berrinches.
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